Mi interés por los blogs surgió hace algún tiempo, cuando una amiga abrió el suyo y éste me llevó a otros y éstos a otros…
Al principio me sorprendía, y en cierto modo ruborizaba, esa necesidad de los blogueros de exponerse en canal a diestro y siniestro. No lo entendía (ni acabo de entenderlo), a pesar de que me fascina contemplar sus vidas a través de un agujerito… Supongo que cada cuál tendrá sus razones, y lo mismo hasta es adictivo. ¿Las mías para decidirme a abrir un blog? La insistencia del paseante despertó al gusanillo que tenía dormido (hace mucho tiempo que apenas escribo), pero no encontraba un hilo conductor. La vida apacible en mi torre de marfil no da para muchas entradas. ¿Qué hacer, pues? Practicar más commuting, sacudirme la pereza de encima y salir con los cinco sentidos bien prestos a captar y disfrutar cualquier pequeño momento para luego poderlo transcribir.
Mira por dónde, mataré dos pájaros de un tiro.
Como rezaba la publicidad: “Renfe, cada día una aventura”. A disfrutar del viaje.
2 comentarios:
¿Oye? A mí no me líes. Si eres una exhibicionista vital, no es culpa mía :-) Ara seriosament: m'alegra que hagis obert un blog. Sap greu que algú et comenti i tu no la puguis llegir. Ara ja em seràs una mica més propera. I gràcies pel link. També te n'he posat un.
jeje... A mí també em sabia greu estar de 'voyeur' i no mullar-me.
Gràcies per seguir-me.
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